La Navidad no era tu fuerte pero igual caí con comida
Y un vino tinto malbec del bueno
Tampoco te gustaba el vino así que tomaste cerveza mientras yo
desarmaba
el regalo
realmente me sentía un idiota, imaginaba mis antiguos
diciembres: momentos sueltos atados de pies en el inodoro de mi cabeza
Yo reí y me miraste fijo no tenias ni hambre ni alientohabías cocinado fideos con tuco y estaban tan horribles como fríos
termine la botella, de improvisto te pusiste a escribir en la pared:
“un asesino es la inteligencia”
me acomodé en el sillón, puse música intrumental medieval y con al cuchararebordeé el flan
“un suicida es el amor”
el dulce de leche combinaba a la perfección con la crema batida trague un pedazo pero eructé y subió olor a tomates, empezaba a tener sueño
“La palabra miel y...”
un inesperado frío polar endureció el cortinaje, la medulaera un espermatozoide ultra evolucionado y de súbito, ecuaciones matemáticasme hablaban desde mí.
“los gatos viajan a través de universos paralelos cuando sueñan”
No era pánico, ni vida, era la sensación de estar pegado a la tierra lo que me incomodaba seguías escribiendo:
“vos no tenés nombre, sos de la especie desechada”
Cuando terminaste todo fue del viento y el odio, la pieza era testigo de tus plegarias
los muebles sacaban fotos de roble entre sus diccionarios
las marionetas del plan galáctico eran solamente un bosquejo en tu pared que yo había dibujado cuando lo hicimos por primera vez( en ese entonces aún creía en tus hijos-mis-hijos, el polen, las vitaminas y la metafísica tenían sentido )
tiraste la heladera al suelo, los libros, los cd’s, yo empecé a gritar rezando en japonés
TAKA MAHARA TSU MARI MA SÙ, CAMUROGUI CAMUROGUI NO MI KOTO MOCHITE, SUMEMIO IA CAMUNIZANAGUI NO MI KOTO levante mi mano y te apunte con la palma derecha alineando la energía mental del plexo solar con el centro de donde yo creía nacía el universo, de nada sirvió, rompiste botellas y fotos
y en diez minutos la pieza era una maqueta del mecanismo de pensar de alguien estresado.agarraste la jeringa y dijiste
“a veces, es bueno mentir”
a los pocos segundos dormías y toda mi atención también.
Colgaba aún un billete de un dólar de la trompa cerámica del elefante regalado.
Y un vino tinto malbec del bueno
Tampoco te gustaba el vino así que tomaste cerveza mientras yo
desarmaba
el regalo
realmente me sentía un idiota, imaginaba mis antiguos
diciembres: momentos sueltos atados de pies en el inodoro de mi cabeza
Yo reí y me miraste fijo no tenias ni hambre ni alientohabías cocinado fideos con tuco y estaban tan horribles como fríos
termine la botella, de improvisto te pusiste a escribir en la pared:
“un asesino es la inteligencia”
me acomodé en el sillón, puse música intrumental medieval y con al cuchararebordeé el flan
“un suicida es el amor”
el dulce de leche combinaba a la perfección con la crema batida trague un pedazo pero eructé y subió olor a tomates, empezaba a tener sueño
“La palabra miel y...”
un inesperado frío polar endureció el cortinaje, la medulaera un espermatozoide ultra evolucionado y de súbito, ecuaciones matemáticasme hablaban desde mí.
“los gatos viajan a través de universos paralelos cuando sueñan”
No era pánico, ni vida, era la sensación de estar pegado a la tierra lo que me incomodaba seguías escribiendo:
“vos no tenés nombre, sos de la especie desechada”
Cuando terminaste todo fue del viento y el odio, la pieza era testigo de tus plegarias
los muebles sacaban fotos de roble entre sus diccionarios
las marionetas del plan galáctico eran solamente un bosquejo en tu pared que yo había dibujado cuando lo hicimos por primera vez( en ese entonces aún creía en tus hijos-mis-hijos, el polen, las vitaminas y la metafísica tenían sentido )
tiraste la heladera al suelo, los libros, los cd’s, yo empecé a gritar rezando en japonés
TAKA MAHARA TSU MARI MA SÙ, CAMUROGUI CAMUROGUI NO MI KOTO MOCHITE, SUMEMIO IA CAMUNIZANAGUI NO MI KOTO levante mi mano y te apunte con la palma derecha alineando la energía mental del plexo solar con el centro de donde yo creía nacía el universo, de nada sirvió, rompiste botellas y fotos
y en diez minutos la pieza era una maqueta del mecanismo de pensar de alguien estresado.agarraste la jeringa y dijiste
“a veces, es bueno mentir”
a los pocos segundos dormías y toda mi atención también.
Colgaba aún un billete de un dólar de la trompa cerámica del elefante regalado.